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Writer's pictureGladys Díaz

Ser y actuar como líder

Son altas las expectativas que se tienen de las empresas y de las marcas líderes. Esto quiere decir de aquellas que tienen una buena reputación y valor intangible, que

cada día impactan más el “bottom line” del negocio y que se ponen a prueba en tiempos de adversidad .


Ante los recientes actos de racismo sistémico en los EE.UU., que han provocado manifestaciones multitudinarias a nivel mundial en rechazo a esta conducta, los públicos están vigilantes. Esto ya que pasarán juicio sobre las empresas que asuman o no una

postura al respecto. Aquellas que ejerzan su libertad de expresión corporativa para demostrar respeto a valores como la diversidad y la equidad serán beneficiadas.

Ejemplo de ello lo es la marca Nike, cuyo esfuerzo consistente ha provocado un salto cuántico en términos de reconocimiento y lealtad.


Siendo la conciencia de la empresa, el relacionista debe asesorar a la alta gerencia sobre la importancia de divulgar los valores y políticas que promuevan un trato justo, pero más importante aún debe recomendar un plan estratégico que lo evidencie. ¿Cómo?


Se deben reflejar estos principios en el reclutamiento de personal y

los salarios, así como en iniciativas especiales, tanto para los públicos

internos como externos.


Las empresas líderes invierten mucho tiempo y recursos en alcanzar un sitial privilegiado, pero deben ser genuinas, receptivas y estar a la altura de lo que sus públicos esperan de ellas para poder mantenerse. Las acciones deben ser más contundentes que los mensajes. En eso estriba la diferencia entre ser y actuar como líder.


Publicado originalmente en el periódico El Nuevo Día, coluna "Minuto Empresarial".




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